Editado por María Fernanda Amador Pacheco

Netter, F. H. (2019). Atlas de anatomía humana (8.ª ed., p. 485). Elsevier. Imagen 2

Netter, F. H. (2019). Atlas de anatomía humana (8.ª ed., p. 460). Elsevier. Imagen 1
INTRODUCCIÓN
El aparato reproductor femenino está formado por órganos internos y externos, que en conjunto hacen posible tanto la reproducción como las relaciones sexuales. Los órganos externos, conocidos como vulva, están sostenidos por el periné y están compuestos por el monte de Venus, los labios mayores y menores, el clítoris, el vestíbulo vaginal, el bulbo del vestíbulo y las glándulas vestibulares.
Por otro lado, los órganos internos incluyen la vagina, el útero, los ovarios y las trompas de Falopio, que también forman parte fundamental de este sistema.
Los órganos reproductores femeninos pasan por cambios estructurales y funcionales cada mes.
Aunque a veces parezca que solo vienen a complicar la vida, en realidad tienen un papel clave en la posibilidad de un embarazo.

Si no hay fecundación, el endometrio, que se había preparado para recibir un óvulo, se rompe y se elimina a través de la vagina en forma de sangre menstrual.
Todo este proceso está regulado por hormonas producidas por los ovarios, guiadas por el sistema endocrino. Además, estas hormonas también son esenciales para el desarrollo y la maduración sexual en la mujer.
(Servier, s. f.) Imagen 3
GENITALES INTERNOS
Los genitales internos son los órganos reproductores femeninos que se encuentran dentro de la cavidad pélvica. Incluyen lo siguiente:
- Vagina
- Útero
- Trompas uterinas (trompas de Falopio)
- Ovarios
VAGINA

La vagina es el órgano sexual femenino interno más cercano al exterior. Se extiende desde el cuello del útero (cérvix) hasta la vulva, y cumple funciones clave en la menstruación, relaciones sexuales y parto. Está ubicada entre la vejiga (por delante) y el recto (por detrás).
En su parte superior, la vagina se une al cérvix formando el fondo de saco vaginal. Su abertura inferior se encuentra en el vestíbulo vaginal, detrás del orificio uretral, y puede estar parcialmente cubierta por el himen.
Su irrigación proviene de ramas de la arteria ilíaca interna, y el drenaje venoso fluye hacia las venas ilíacas internas. El control nervioso llega desde el plexo uterovaginal y el nervio pudendo, mientras que el drenaje linfático se dirige hacia los ganglios ilíacos e inguinales superficiales.
(Servier, s. f.) Imagen 4
ÚTERO
El útero es un órgano muscular hueco situado en la cavidad pélvica, entre el recto y la vejiga urinaria, en posición de anteversión y anteflexión. Su revestimiento endometrial se renueva cada mes para permitir la implantación de un embrión; si no hay embarazo, este se elimina durante la menstruación. En caso de fertilización, el útero alberga al feto y su placenta.
Se divide en tres partes:
- Cuerpo: parte principal, conectada a las trompas uterinas.
- Istmo: zona estrecha entre el cuerpo y el cuello.
- Cuello uterino (cérvix): parte inferior, con un canal cervical y dos orificios.
Está sostenido por varios ligamentos (ancho, redondo, cardinal, uterosacro y pubocervical) y parcialmente cubierto por peritoneo, formando pliegues como el saco de Douglas y el saco vesicouterino.
Su irrigación proviene de la arteria uterina, y el drenaje venoso va al plexo venoso uterino.
La inervación llega del plexo uterovaginal.
El drenaje linfático se dirige a ganglios lumbares, ilíacos, sacros e inguinales superficiales.

Útero – Labster. (s. f.). Imagen 5
OVARIOS

Los ovarios son gónadas femeninas bilaterales, equivalentes a los testículos en el hombre. Su función principal es liberar óvulos para su posible fertilización y secretar hormonas que regulan la fertilidad, la menstruación y el desarrollo sexual femenino.
Santos, H. S. D. (s. f.). Imagen 6
Cada ovario se encuentra en la fosa ovárica de la pelvis verdadera, cerca del útero y por debajo de las trompas uterinas.
Tienen cuatro superficies (anterior, posterior, medial y lateral) y dos polos (superior e inferior). Se mantienen en su lugar por varios ligamentos: el ligamento suspensorio del ovario, el ligamento propio del ovario y el mesovario.
La irrigación arterial proviene de las arterias ováricas, que nacen de la aorta abdominal y alcanzan el ovario a través del ligamento suspensorio. El drenaje venoso se realiza por el plexo pampiniforme, que forma las venas ováricas: la derecha drena en la vena cava inferior y la izquierda en la vena renal izquierda.
La inervación de los ovarios proviene del plexo ovárico, con fibras de los plexos aórtico, renal e hipogástrico. Las fibras simpáticas vienen de los nervios esplácnicos menores (T10-T11), y las parasimpáticas de los nervios esplácnicos pélvicos (S2-S4).
El drenaje linfático se dirige a los ganglios linfáticos lumbares.
TROMPAS UTERINAS

Las trompas uterinas, también llamadas trompas de Falopio, son órganos musculares pares que se extienden desde los cuernos del útero hasta los ovarios. Su función principal es ser el sitio habitual de la fertilización del óvulo y transportar el cigoto hacia el útero para su implantación.
(| Kenhub, s. f.) Imagen 7
Son órganos intraperitoneales, completamente cubiertos por el mesosálpinx, una parte del ligamento ancho del útero. Se dividen en cuatro partes:
- Infundíbulo: extremo más distal, con una abertura hacia la cavidad peritoneal (ostium abdominal) y fimbrias que se proyectan hacia el ovario.
- Ampolla: la porción más ancha y larga; aquí ocurre con mayor frecuencia la fertilización.
- Istmo: segmento más estrecho, cercano al útero.
- Parte intramural (uterina): atraviesa la pared del útero y se abre en su cavidad (ostium uterino).
La irrigación arterial proviene de las arterias uterina y ovárica, ramas de la arteria ilíaca interna y de la aorta abdominal, respectivamente. El drenaje venoso se realiza por las venas tubáricas, que desembocan en los plexos venosos uterino y pampiniforme.
En cuanto a la inervación, las fibras simpáticas provienen del plexo hipogástrico superior (T10–L2), y las parasimpáticas, de los nervios esplácnicos pélvicos y el nervio vago.
El drenaje linfático se dirige a los ganglios paraaórticos, ilíacos internos e inguinales.
GENITALES EXTERNOS
Los genitales externos (vulva) son los órganos del sistema reproductor femenino ubicados en el perineo, fuera de la pelvis.
Incluyen las siguientes estructuras anatómicas:
- Monte del pubis (monte de Venus)
- Labios mayores
- Labios menores
- Clítoris
- Vestíbulo de la vagina
- Bulbo del vestíbulo
- Glándulas vestibulares
MONTE DE VENUS

El monte del pubis, también llamado monte de Venus, es una masa de tejido adiposo subcutáneo situada por delante de la sínfisis púbica.
Está recubierto por piel que, tras la pubertad, presenta un parche triangular de vello púbico.
(Micheau & Hoa, 2025) Imagen 8
LABIOS MAYORES

Los labios mayores son dos pliegues cutáneos longitudinales cubiertos de vello púbico, ubicados en la parte más lateral de la vulva. Se extienden desde el monte del pubis hasta el periné. Entre ellos se encuentra la hendidura pudenda, que contiene a los labios menores y al vestíbulo de la vagina.
Ambos labios se unen en sus extremos formando la comisura anterior y la comisura posterior. Estructuralmente, son homólogos al escroto masculino.
(| Kenhub, s. f.) Imagen 9
LABIOS MENORES
Los labios menores son dos pliegues cutáneos delgados, sin vello, localizados entre los labios mayores. Se extienden a lo largo del vestíbulo de la vagina, y rodean tanto el orificio uretral externo como el orificio vaginal.
A diferencia de los labios mayores, los labios menores no contienen tejido adiposo ni vello, pero sí están muy vascularizados y enriquecidos con terminaciones nerviosas, lo que los hace sensibles al tacto. Además, contribuyen a formar dos estructuras importantes: el prepucio del clítoris (porción superior, donde se unen) y el frenillo del clítoris (porción inferior).
Su función es proteger las estructuras internas del vestíbulo y participar en la respuesta sexual femenina.
CLÍTORIS
El clítoris es un órgano eréctil altamente sensible, cuya principal función es generar sensaciones sexuales. Es el homólogo del pene masculino, ya que también está formado por tejido eréctil, aunque no participa en la micción ni en la reproducción.
Se localiza en la parte superior del vestíbulo de la vagina, justo por debajo de la unión anterior de los labios menores, que lo rodean parcialmente y contribuyen a formar su prepucio (pliegue de piel que lo recubre).

Anatómicamente, el clítoris se divide en tres partes:
- Tallo (o raíz): es la porción interna, anclada al hueso púbico.
- Cuerpo: compuesto por dos cuerpos cavernosos, estructuras eréctiles que se llenan de sangre durante la excitación sexual. De aquí también parten los pilares o cruras, que se fijan a los ramos isquiopúbicos.
- Glande: es la parte externa y visible, altamente sensible al tacto, y está parcialmente cubierto por el prepucio del clítoris.
Durante la estimulación sexual, el clítoris se llena de sangre, aumentando su tamaño y sensibilidad, desempeñando un papel clave en la respuesta sexual femenina.
(Mas, 2007) Imagen 10
VESTÍBULO, GLÁNDULAS Y BULBO
El vestíbulo de la vagina es la región del periné ubicada entre los labios menores. Esta zona contiene varias estructuras anatómicas clave: el orificio vaginal, el orificio externo de la uretra y las aberturas de los conductos excretores de las glándulas vestibulares mayores y menores.
Glándulas vestibulares
En el vestíbulo desembocan tres tipos de glándulas:
- Glándulas vestibulares mayores (de Bartolino):
Están ubicadas a cada lado del orificio vaginal. Son homólogas a las glándulas bulbouretrales del hombre y se encargan de producir lubricación durante la excitación sexual, facilitando la penetración. - Glándulas vestibulares menores:
Se localizan entre los orificios uretral y vaginal. Son mucho más pequeñas y homólogas a la próstata masculina, aunque su función exacta no está completamente definida, se cree que también contribuyen a la lubricación.
Bulbo del vestíbulo
El bulbo del vestíbulo está formado por un par de estructuras de tejido eréctil subcutáneo, situadas a cada lado del vestíbulo vaginal, justo por debajo de los labios menores. Estos bulbos son análogos al bulbo del pene y al cuerpo esponjoso en el hombre. Durante la excitación sexual, se llenan de sangre, aumentando el volumen de la zona y contribuyendo a la estimulación y protección del orificio vaginal.
Ambos bulbos se conectan anteriormente al orificio uretral, y junto con el clítoris, participan activamente en la respuesta sexual femenina.
IRRIGACIÓN SANGUÍNEA E INERVACIÓN

La vascularización de los genitales externos femeninos está principalmente a cargo de las arterias pudendas internas y externas:
La arteria pudenda externa, rama de la arteria femoral, contribuye a la irrigación superficial, especialmente en la región anterior de la vulva.
La arteria pudenda interna, rama de la arteria ilíaca interna, es la principal fuente de sangre para la vulva. Irriga estructuras como los labios mayores y menores, el clítoris y el bulbo del vestíbulo.
(| Kenhub, s. f.) Imagen 11
Esta red vascular asegura un adecuado flujo sanguíneo para el funcionamiento normal de las estructuras externas, especialmente durante la excitación sexual, cuando se requiere un aumento en el aporte de sangre.
El drenaje venoso sigue un patrón similar, a través de las venas pudendas internas y externas, que recogen la sangre de retorno desde las mismas regiones irrigadas, y la dirigen hacia el sistema venoso ilíaco y femoral.
Inervación Sensorial
La inervación sensorial de la vulva se divide según la región:
- Cara anterior de la vulva:
Está inervada por el nervio ilioinguinal (rama del plexo lumbar) y el nervio genitofemoral, ambos responsables de la sensibilidad de la parte frontal de los labios mayores y del monte del pubis. - Cara posterior de la vulva:
Recibe inervación del nervio pudendo (rama principal del plexo sacro), que es el nervio más importante para la sensibilidad genital, e inerva también el periné. Se complementa con el nervio cutáneo posterior del muslo, que aporta sensibilidad a las áreas adyacentes posteriores.
Además, el clítoris y el bulbo del vestíbulo reciben inervación parasimpática a través del plexo nervioso uterovaginal, una rama del plexo hipogástrico inferior.
Esta inervación autónoma es esencial para el aumento del flujo sanguíneo y la erección de los tejidos eréctiles durante la excitación sexual.
Drenaje linfático
El drenaje linfático de los genitales externos se realiza principalmente hacia los siguientes grupos ganglionares:
- Ganglios inguinales superficiales: reciben la mayor parte de la linfa proveniente de los labios mayores, menores y otras estructuras superficiales de la vulva.
- Ganglios inguinales profundos: también participan en el drenaje, especialmente de estructuras más internas o profundas.
- En menor medida, parte del drenaje linfático puede dirigirse directamente hacia los ganglios linfáticos ilíacos internos, especialmente en zonas cercanas al vestíbulo vaginal o al clítoris.
Este sistema de drenaje linfático es fundamental para la defensa inmunológica local y puede ser relevante en la diseminación de infecciones o enfermedades malignas.
CICLO MENSTRUAL
El ciclo menstrual es un proceso mensual regulado por hormonas que provoca cambios en los órganos reproductores femeninos, permitiendo la maduración del óvulo y la preparación del útero para un posible embarazo.
Este ciclo incluye dos procesos interrelacionados: el ciclo ovárico y el ciclo uterino, ambos divididos en tres fases.
Ciclo Ovárico
Fase folicular (Días 1–14): Se desarrollan los folículos ováricos, y uno de ellos madura para liberar un óvulo.
Coincide con la fase proliferativa del ciclo uterino.
Ovulación (alrededor del Día 14): El folículo maduro se rompe y libera un óvulo, que puede ser fecundado.
Fase lútea (Días 14–28): El folículo roto se transforma en el cuerpo lúteo, que secreta progesterona y estrógenos.
Esta fase coincide con la fase secretora del útero, donde el endometrio se vuelve más grueso y rico en nutrientes para permitir la implantación.
Ciclo Uterino
Menstruación (Días 1–5 aprox.): Si no hay fecundación, el revestimiento endometrial se desprende y se elimina como sangre menstrual.
Fase proliferativa (hasta el Día 14): El endometrio se regenera y engrosa en respuesta al aumento de estrógenos.
Fase secretora (Días 14–28): El endometrio se prepara para la implantación del óvulo fertilizado gracias a la acción de la progesterona.

(Salvador, s. f.) Imagen 12
Si no ocurre fecundación, el cuerpo lúteo degenera, cae la producción hormonal y se inicia un nuevo ciclo con la menstruación. Si el óvulo es fecundado, el embarazo es sostenido por una cascada de hormonas, impidiendo la menstruación.
REFERENCIAS
| Kenhub. (s. f.). Kenhub. https://www.kenhub.com/es/dashboard
Mas, M. (2007). Fisiología de la respuesta sexual femenina: actualización. Revista Internacional de Andrología, 5(1), 11-21. https://doi.org/10.1016/s1698-031x(07)74029-3
Micheau, A., & Hoa, D. (2025, 16 junio). Monte del pubis. e-Anatomy – IMAIOS. https://www.imaios.com/es/e-anatomy/estructuras-anatomicas/monte-del-pubis-1541233104#
Salvador, D. G. C. E. N. F. R. R. G. J. C. R. (s. f.). ¿Qué pasa en el útero durante el ciclo menstrual? Ciencia UNAM. https://ciencia.unam.mx/contenido/infografia/276/-que-pasa-en-el-utero-durante-el-ciclo-menstrual-
Santos, H. S. D. (s. f.). Ovários: características, funções, hormônios. Biologia Net. https://www.biologianet.com/anatomia-fisiologia-animal/ovarios.htm
Servier. (s. f.). Female genitalia – Servier Medical Art. Servier Medical Art. https://smart.servier.com/category/anatomy-and-the-human-body/reproductive-system/female-genitalia/
Útero – Labster. (s. f.). www.google.com. https://share.google/images/MbEvIzV30OOUImhpZ